El Instituto Cervantes pagó 17 millones en sueldos a sus 61 directivos
El Instituto Cervantes es el campeón de entre los organismos públicos en contratos de alta dirección y en salarios. Así se desprende de un informe, con datos de Hacienda, al que ha tenido acceso OKDIARIO y que cifra en 17 millones de euros el gasto en sueldos de 61 altos cargos del instituto en el periodo 2012-2014.
El informe es demoledor. El organismo para la promoción de la lengua española alrededor del mundo tiene prácticamente la mitad de los altos cargos de las entidades públicas analizadas. Este colectivo, que pasó de 71 a 61 beneficiarios entre 2012 y 2014, cobró en ese periodo 17 millones de los 38 que pagó el Estado en sueldos de alta dirección. Esa llamativa remuneración superó, en algunos casos, los límites legales establecidos en 118.000 euros desde 2012 por Hacienda, siendo el salario medio de unos 92.000 euros.
La nueva normativa implantada en 2012 por el Ministerio de Hacienda para regular los contratos de alta dirección en los organismos públicos salta en astillas cuando se ve su aplicación en el Instituto Cervantes.
La orden de Hacienda preveía que sólo pudiera haber seis cargos con estos emolumentos en cada organismo público. Esa interpretación fue validada por la Abogacía del Estado: el Instituto Cervantes sólo podría disponer de media docena de cargos tanto en su sede central como en sus oficinas del exterior.
La realidad es que dos años después de tan enérgica reforma, en 2014, el Instituto Cervantes multiplicaba por diez la cifra legal de contratos de alta dirección: poseía 61 altos cargos, de ellos cinco en la sede central y el resto en el exterior.
Hacienda consintió, tras diversas consultas a la abogacía del Estado, tal excepción so pretexto de que el elevado número de directivos venía derivado de la propia legislación reguladora del organismo.
Pero el Instituto Cervantes no sólo superó el tope legal de altos directivos. También sobrepasó la cuantía legal sobre nóminas establecida para los demás puestos de alta dirección de los organismos públicos.
Si la norma legal era un salario compuesto de retribuciones básicas y complementarias, los directivos cervantinos dispusieron de un complemento de poder adquisitivo, otro de desplazamiento e incluso de antigüedad, este último no previsto en la ley, y hasta uno de coordinación de centros.
El complemento variable de poder adquisitivo prevé paliar los efectos del cambio de moneda y las diferencias de precios entre los países de destino y España; el complemento de desplazamiento se percibe durante los cinco primeros años.
Hacienda, con vistas a tolerar estos pluses y encajarlos en la ley, indicó que no debían figurar como retribuciones, sino como indemnizaciones. El resultado ha sido que algunos directivos del Cervantes, con la suma de estos complementos, rebasaron con creces los 118.000 euros anuales marcados por ley como tope para los contratos de alta dirección.
Curiosamente, el complemento variable, fijado para problemas de cambio al residir en el extranjero, lo cobraron directivos afincados en España. Y no aparecen recogidas las remuneraciones en especie, como son los cheques de restaurantes.
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